viernes, 25 de marzo de 2011

El drama de un paciente renal (II)

Para preservar la vida de un paciente que presenta una “deficiencia renal crónica” se hace necesario realizar un proceso que permita limpiar las toxinas que sus riñones no eliminan. A este proceso se le llama diálisis. Existen dos tipos de diálisis, la peritoneal y la hemodiálisis. La primera consiste en utilizar el peritoneo para realizar en casa el proceso en cuestión. Para tal fin, al paciente se le implanta un pequeño tubo o catéter en la cavidad peritoneal, que le permitirá conectarse a una bolsa de solución o a un aparato. El catéter debe permanecer insertado en el abdomen del paciente para su empleo diario. Dicho proceso ha de realizarse cuatro veces al día, incluyendo pernoctar conectado a la máquina o a la bolsa. Los riesgos más comunes en este método son la posibilidad de una peritonitis o una infección debido a fallas de higiene, situación que puede ocasionar la muerte. En el caso de la hemodiálisis, el paciente debe conectarse mediante agujas hipodérmicas a una máquina que se encargará de limpiar las toxinas de su sangre. Este proceso dura aproximadamente cuatro horas por sesión y debe realizarse al menos tres veces por semana. Las estadísticas indican que cierta cantidad de pacientes no resisten este tratamiento. Dicho proceso genera efectos secundarios sobre otros órganos como vejiga, corazón, arterias y venas, siendo el más visible el ensanchamiento de las venas y las arterias a través de las cuales es conectado al dispositivo. El paciente requerirá del apoyo de un acompañante para la ida y retorno al centro nefrológico. Esta enfermedad puede sucederle a personas de cualquier edad y sexo, impacta su rutina y calidad de vida y la de su entorno familiar. Es esa la primera justificación para intentar un trasplante de riñón, pues el objetivo a lograr es que el paciente retorne a su rutina diaria. Para la próxima entrega trataremos el tema de los trasplantes y las alternativas existentes en nuestro país.
Acerca del procedimiento : De acuerdo con la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela el trasplante es un tratamiento médico que consiste en la transferencia de órganos, tejidos o células sanas a una persona que lo necesite, con el objetivo de restaurarle sus funciones perdidas o lesionadas. En algunos casos la donación sirve para salvarle la vida a la persona y en otros para mejorarla. > Los trasplantes no tienen costo para el paciente, debido a que son financiados por el Estado a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud. Existen dos tipos: el que se realiza de un donante vivo y aquel que se efectúa con los órganos de un cadáver.  El trasplante entre personas vivientes está permitido entre familiares hasta el quinto grado de consanguinidad, siempre y cuando no sean órganos únicos o vitales. El transplante de cadáver se efectúa con los órganos y tejidos donados por familiares del fallecido. Según el artículo 2 de la Ley sobre Trasplante de Órganos vigente en el país, para que se pueda extraer determinado órgano de un cadáver se debe producir la muerte clínica (cerebral) de la persona, caracterizada por la falta de respuesta muscular y ausencia de reflejo a estímulos externos, cesación de respiración espontánea comprobada, previa oxigenación por 10 minutos, pupilas fijas, midriasis (aumento del diámetro de la pupila) y ausencia de reflejo corneal. La cesación de la actividad eléctrica del cerebro podrá ser determinada por la comprobación eléctrica y bajo estímulo mediante un estudio denominado encefalograma isoeléctrico durante 30 minutos y la ausencia de respuesta oculovestibular.

Vladimir Adrianza/Esposo de transplantada de riñón.
Fuente: Diario Ciudad Caracas.

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